lunes, 20 de marzo de 2017

Agencia marketing digital



Las redes sociales, instrumentos que llegaron a nuestras vidas como una forma de comunicación entre personas, venían con un objetivo mucho más específico. Las redes sociales han logrado cambiar la metodología que utiliza el capital privado para conectar con sus potenciales clientes y consumidores.


Los nuevos canales de comunicación han generado cambios en las acciones creadas para llevar a cabo estrategias empresariales. Sin embargo y, siendo conocedores del poder mediático alcanzado por las redes sociales y su infinito potencial, en términos de generación de negocios, alianzas estratégicas y específicamente, promoción de nuevas áreas de prestación de bienes y/o servicios, lo cierto es que no se debe olvidar que estos medios sociales son únicamente herramientas que optimizan los canales de comunicación.

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Es por este motivo que conviene no olvidar que las redes sociales no son el objetivo perseguido y que el destino final debe contar con los mecanismos necesarios que deriven en la consecución de los objetivos planeados en cada estrategia.


La utilización de las redes sociales por parte de las empresas carecerá totalmente de efectividad si no se ha evaluado y acometido el análisis de variables determinantes como:


• Determinación del valor añadido


• Análisis y diferenciación de la competencia


Esta reflexión nos lleva a determinar que es totalmente impensable que el uso en sí mismo de las redes sociales sea suficiente para fidelizar clientes. No olvidemos que la promoción y la atracción de clientes hacia nuestra actividad únicamente será eficiente, si la impresión que se lleva el cliente al llegar a nosotros está basada en la calidad y el valor agregado que nos diferencia de la competencia.


El potencial de las redes sociales es constatable y repetido pero las redes sociales no venden, sino que son herramientas que ayudan a incrementar las ventas si son utilizadas eficazmente.


Solo gracias a la planificación y el establecimiento de una estrategia adaptada a los recursos existentes, podremos lograr los objetivos perseguidos.


Para ello y antes de poner en marcha la herramienta en la que se han convertido las redes sociales, es fundamental tener un plan de empresa específico y con acciones concretas, determinadas en el tiempo, en el que se analicen las siguientes variables:1. Objetivos perseguidos: Características de la actividad, inversión disponible, recursos al alcance, resultados previstos y su determinación en el tiempo2. Actividad y servicio prestado: Determinación del mercado al que está dirigido, valor agregado frente a la competencia, legislación vigente, estudio de mercado3. Targets: Clientes al que se destina, perfil económico, idioma, competencia, análisis de las necesidades del mercado y su evolución en el tiempo.
Producto: Canales de distribución, publicidad, red de expansión, promoción y previsiones4. Producción: Costes y evaluación del control de calidad5. Financiación: Personal, desembolsos, rentabilidad, establecimiento de los periodos de análisis de la evolución.


Únicamente llevando a cabo un plan de empresa real y objetivo usted podrá aprovechar al máximo las indudables ventajas de la herramienta de generación de negocios y promoción en que se han convertido las redes sociales. El emprendimiento es un reto, la constancia, la alerta y análisis permanente de nuestro entorno y el aprovechamiento de las herramientas a nuestro alcance, son las mejores fórmulas para lograr identificar las distintas oportunidades que se van presentando.

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